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En el Mirador de la punta Canfali, conocido como el Balcón del Mediterráneo, se halla el Castillo-Mirador de Benidorm. En la actualidad sólo se conserva un arco de acceso y algún lienzo en los restos de las murallas.
Se encuentra entre la Playa de Poniente y la Playa de Levante, y es una imagen emblemática de Benidorm con su balaustrada de piedra blanca y su mirador.
Benidorm, antigua alquería musulmana conocida con el nombre de Beni-Darhim, fue conquistada por Jaime I en 1249 y donada a Gual de Villamajori, aunque la primera documentación fidedigna señala como propietario a Bernat de Sarrià. Le fue concedida carta puebla en 1325, y tras pertenecer a la jurisdicción de los condes de Dénia y a los duques de Gandia, pasó a manos de la Corona, conociendo posteriormente distintos y sucesivos propietarios.
El fortín de Canfalí era una pequeña fortaleza defensiva construida en el siglo XVI por el ingeniero italiano Antonelli, durante el virreinato de Vespasiano Gonzaga, cuyo objetivo era la defensa de la población frente a los ataques de piratas berberiscos. Fue destruido por la marina de Napoleón durante la Guerra de la Independencia.
A cualquier hora del día, las panorámicas que se logran desde aquí son fenomenales. Una posibilidad es fotografiar el géiser o gran chorro de agua marina lanzada a gran altura, una de las curiosidades de la ciudad más fotografiadas.
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