Es en el año 1534 en Suecia «cuando se tiene que aplicar a un barril de vino de Alikant, por comparación, la tarifa más alta que existía», aunque probablemente ya se importaba desde mucho antes. No faltaba en la mesa de los monarcas escandinavos Magnus Ladalus, en 1566, y Juan III, en 1582. En 1640, el poeta sueco Stiernhielm se refiere a los vinos españoles, y de entre los mejores, nombra el de Alikant o Alekant, un vino palaciego. Lo demuestra el hecho de que el ilustrado Bengt Bergius, en su «Discurso acerca de las exquisiteces», publicado por la Real Academia de Ciencias de Suecia (1785-1787), relaciona más de setenta y cinco vinos de todo el mundo, y califica al de Alicante como uno de los mejores caldos del mundo, tanto que en las bodegas de la corte rusa de San Petersburgo, el zar tenía sus reservas de «Vinum Alonense». Nombra igualmente, poniéndolo de oscuro y suculento, el de "Alocke" que no puede ser otro que el que fue tan famoso y que se producía en L'horta d'Alacant, con el nombre de Aloque. Un nombre tan facil de pronunciar en sueco, nítido y musical: Alekant, tal y como hoy dia pronuncian los nordicos el nombre de nuestra ciudad. Y algo lamentable, después de quinientos años de presencia y prestigio en todo el mundo, los vinos de Alicante han caído en el olvido, menos mal que hay gente que trata de devolver a nuestros vinos el prestigio que se merecen.
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