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Desde la Antigüedad, los cometas han despertado inquietud en el ser humano.
Y no es para menos pues, aparte de la belleza de su visión, hoy sabemos que tanto el origen de la vida como la desaparición de algunas especies (dinosaurios), se originó tras los impactos de grandes cometas sobre la Tierra.
Estas colisiones son improbables, pero no imposibles. De hecho, en 1994 fuimos testigos directos del choque del cometa Shoemaker-Levy con Júpiter.
Las referencias más antiguas que existen sobre cometas son anteriores al segundo milenio; aunque para los científicos la primera observación fiable de un cometa data del 1059 a.C. y es posible que fuera el cometa Halley.
Mucho tiempo después, Séneca (4 a.C.-65 d.C) comprendió que eran cuerpos celestes y no exhalaciones de la atmósfera, como creían Aristóteles y Ptolomeo. Pero no fue hasta 1577 que Tycho Brahe demostró que los cometas procedían del espacio, mucho más allá de la órbita de la Luna. En 1682, Edmund Halley (foto 1) demostraría la periodicidad de los mismos al probar que el cometa que se observó ese año era el mismo que se había visto en los años 1456, 1531 y 1607 (cada 76 años, aproximadamente). Su predicción de que el «Halley» volvería al cabo de otros 76 años se cumplió, aunque él ya estaba muerto para verlo.
La última vez que el Halley nos visitó fue en 1986.
Pero... ¿qué son en realidad los cometas?
Los cometas son «bolas de hielo sucio», que habitan en los confines del Sistema Solar, en una gigantesca envoltura llamada la Nube de Oort (formada tras el Big Bang hace unos 4.500 millones de años). Sometidos a la fuerza de la gravedad, como cualquier objeto del Universo, cuando chocan entre ellos son capaces arrancados de su nube precipitándolos hacia el Sol.
Una vez iniciado el viaje, una órbita parabólica significa que el cometa caerá hacia el Sol, lo rodeará y se alejará de él para no volver nunca más. Una órbita elíptica nos indica que el cometa volverá y, cuanto menos alargada sea la elipse, menos tiempo tardará en hacerlo.
Distancia del Sol a la Nube de Oort: entre 12.000 y 150.000 años luz.
Estas «bolas de hielo sucio», cuyos diámetros pueden superar los 100 km, están compuestas sobre todo de agua y, en menor proporción, de monóxido y dióxido de carbono, cianuro y silicatos. Alejado del Sol, el cometa se reduce a su núcleo. Pero conforme el cometa se acerca al Sol, los gases helados que contiene se evaporan originando alrededor del núcleo un halo esférico al que llamamos «cabellera» o «coma». A medida que la distancia al Sol disminuye, la cabellera aumenta, hasta alcanzar millones de km. Simultáneamente, el viento solar empuja a las partículas de ésta en sentido opuesto al Sol, haciendo que de la cabellera brote una larga cola que puede llegar a medir decenas o, en casos excepcionales, cientos de millones de kilómetros (foto 2).
Cuando de nuevo se aleje del Sol, adentrándose en las gélidas temperaturas del Sistema Solar exterior, volverá a ser una fría bola de gases, pero un poco más pequeña, pues parte de su cuerpo habrá quedado derretido.
Los cometas han llamado la atención de los humanos en prácticamente todas sus culturas. Es común históricamente la creencia de que su repentina aparición presagiaba males cercanos. Estas erróneas creencias han perdurado en algún sector de la sociedad hasta nuestros días a pesar de que hace mucho tiempo que se conoce la naturaleza exacta de los cometas.
El cometa Halley fue el primero en sugerir que los cometas son un fenómeno natural del sistema solar, que orbitan alrededor del Sol.
En 1910 el cometa Halley hizo una aparición particularmente brillante. Así mismo, su aparición de 1066 quedó plasmada en un famoso tapíz antiguo.
Durante cientos de años, la humanidad se ha preguntado cómo es realmente el núcleo del cometa Halley. Esta maravillosa fotografía, obtenida por la nave espacial Giotto (foto 3), nos da la respuesta. En esta fotografía el Sol está a la izquierda. Se pueden ver tres chorros de moléculas hacia el Sol. También se puede ver que hay un cráter a la derecha del centro. La imagen muestra que la evaporación ocurre en partes específicas del cometa y sugiere que el cometa, en su mayoría, está compuesto de hielo.
La próxima aparición del cometa Halley será en el año 2062.
¿Alguno de nosotros los veremos?
Imagino que no.
Aquí os dejo algunos datos curiosos del Halley:
Duración de su año: actualmente la media está en 77 años
Duración de su día: 2 días... luego desaparece otros 77 años.
Diámetro del núcleo: 10 Km
Distancia de la Tierra: 58.000.000 km (En el año 837, el cometa Halley pasó a 6.000.000 de km de la Tierra... casi rozándola)
Otros datos de interés:
El primero también en ser fotografiado desde el espacio.
Tiene forma de patata.
Composición: Agua 71% - Monóxido de carbono 16% - Formaldehído 6% - Dióxido de carbono 5% - Metano 1% - Amoníaco 1% - Ácido hidrocianúrico 0,1%
Categorías: Alicante, NOTICIAS BREVES
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