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LA II REPUBLICA

La Segunda República Española es el régimen político por el que se rigió España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida de España del Rey Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando nacional en la Guerra Civil Española
Tras la dimisión voluntaria del general Miguel Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó devolver el debilitado régimen monárquico a la senda constitucional y parlamentaria, a pesar de la debilidad de los partidos dinásticos. Para ello el gobierno de la Corona convocó una ronda de elecciones que debían inyectar legitimidad democrática en las instituciones monárquicas. El 12 de abril de 1931 se celebraron las elecciones municipales. Aunque se saldaron con una contundente victoria monárquica en las urnas (40.275 concejales monárquicos frente 26.563 republicano-socialistas y 14.261 de los que nunca más se supo), el impulso republicano quedó de manifiesto al triunfar en 41 capitales de provincia. Así lo entendieron Romanones y el propio Rey, que constataron la falta de apoyo popular en las ciudades. El Monarca renunció a mantenerse en el poder, y el 14 de abril de 1931 marchó hacia el exilio.
El día 16 de abril se hizo público el siguiente manifiesto, redactado por el duque de Maura, hermano del líder republicano Miguel Maura, y que el día 17 publicó el diario ABC en portada: Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra patria se mostró en todo tiempo generosa ante las culpas sin malicia.Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la Patria. Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles.
Entretanto, la primera ciudad en la que se izó la bandera tricolor fue Éibar (el día 13), pero el día siguiente la imitaron las principales capitales españolas, incluyendo Barcelona y Madrid, en las que las candidaturas republicanas obtuvieron mayorías muy holgadas. Alfonso XIII abandonó el país sin abdicar formalmente y se trasladó a París, fijando posteriormente su residencia en Roma. En enero de 1941 abdicó en favor de su tercer hijo, Juan. Falleció el 28 de febrero del mismo año. El escritor eibarrés Toribio Echeverría redacta, en su libro Viaje por el país de los recuerdos la proclamación de la Segunda República en Éibar de esta forma: ...y antes de las seis de la mañana habíase congregado el pueblo en la plaza que se iba a llamar de la República, y los concejales electos del domingo, por su parte, habiéndose presentado en la Casa Consistorial con la intención de hacer valer su investidura desde aquel instante, se constituyeron en sesión solemne, acordando por unanimidad proclamar la República. Acto seguido fue izada la bandera tricolor en el balcón central del ayuntamiento, y Juan de los Toyos dio cuenta desde él al pueblo congregado, que a partir de aquella hora los españoles estábamos viviendo en República.
Tras la proclamación de la República tomó el poder un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora desde el 14 de abril hasta el 14 de octubre de 1931, fecha en que presentó su dimisión por su oposición al laicismo del Estado, recogido en el artículo 26 de la nueva Constitución, siendo sustituido por Manuel Azaña. El 28 de junio de 1931 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, que elaboraron y aprobaron una Constitución el día 9 de diciembre del mismo año. La Constitución de la Segunda República supuso un avance notable en el reconocimiento y defensa de los derechos humanos por el ordenamiento jurídico español y en la organización democrática del Estado: dedicó casi un tercio de su articulado a recoger y proteger los derechos y libertades individuales y sociales, amplió el derecho de sufragio activo y pasivo a los ciudadanos de ambos sexos mayores de 23 años y residenció el poder de hacer las leyes en el mismo pueblo, que lo ejercía a través de un órgano unicameral que recibió la denominación de Cortes o Congreso de los Diputados y, sobre todo, estableció que el Jefe del Estado sería en adelante elegido por un colegio compuesto por Diputados y compromisarios, los que a su vez eran nombrados en elecciones generales. Todos ellos son distintivos de la preocupación republicana por la soberanía popular y la democracia efectiva, por lo que es posible enunciar una serie de principios que la Constitución incorporó o reafirmó como elementos esenciales del ordenamiento jurídico español: -El principio de igualdad de los españoles ante la Ley, al proclamar a España como "una república de trabajadores de toda clase". -El principio de laicidad, por el que se iba más allá de la mera separación entre la Iglesia y el Estado para adentrarse en un ámbito de total eliminación de la religión de la vida política. -El principio de elección y amovibilidad de todos los cargos públicos, incluido el Jefe del Estado. -El principio monocameral, más acorde a la democracia, que suponía la eliminación de una segunda Cámara aristocrática o de estamentos privilegiados y por el cual el poder legislativo sería ejercido por una sola Cámara. -Se preveía la posibilidad de la realización de una expropiación forzosa de cualquier tipo de propiedad, a cambio de una indemnización, para utilización social así como la posibiliad de nacionalizar los servicios públicos. -Amplia declaración de derechos y libertades. Concedía el voto desde los 23 años con sufragio universal también femenino. -Separación de la Iglesia y el Estado, además del reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio.
Las buenas intenciones de la República se enfrentaron con la cruda realidad de una economía mundial recién salida de la crisis del 29, con una situación de creciente reivindicación de derechos para los trabajadores y con un paro creciente, lo que resultó en algunos casos en enfrentamientos callejeros, revueltas anarquistas, asesinatos por grupos extremistas de uno u otro bando, golpes de estado militares y huelgas revolucionarias. En España la agitación política tomó además un cariz particular, siendo la Iglesia objetivo frecuente de la izquierda revolucionaria, que veía en los privilegios de que gozaban una causa más del malestar social que se vivía. Lo que se tradujo muchas veces en la quema y destrucción de iglesias.
La derecha conservadora, muy arraigada también en el país, se sentía profundamente ofendida por estos actos y veía peligrar cada vez más la buena posición de que gozaba ante la creciente influencia de los grupos anarquistas y comunistas.
Todo ello motivó que muchos generales conservadores planificaran insurrecciones militares y golpes de estado contra la república. Sus intenciones se materializarían primero en la Sanjurjada de 1932 y en el fallido golpe de 1936, cuyo resultado incierto desembocó en la Guerra Civil Española.
Después de eso, todos conocemos las "maravillosas" cuatro décadas de paz y libertad tras la Gran Guerra.
"Serenos y alegres, valientes y osados, cantemos soldados el himno a la lid. De nuestros acentos el orbe se admire y en nosotros mire los hijos del Cid. Soldados, la patria nos llama a la lid, juremos por ella vencer o morir" (Himno de Riego)
"Si los curas y frailes supieran la paliza que les van a dar, subirían al coro cantando:"Libertad, libertad, libertad!" Si los Reyes de España supieranlo poco que van a durar, a la calle saldrían gritando:"¡Libertad, libertad, libertad!" (Himno de Riego cantando por las calles)

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS en mi nombre y sobre todo en el nombre de tantas personas, que pueden ver y sentir, esten vivas o no, que mereció la pena.Si algo podemos trasmitir a los que vienen y vendrán, es que siempre merecerá la pena luchar sin armas por la dignidad.

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