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Giovanni Melchior Bosco nació en I Becchi (Italia) el 16 de Agosto de 1815 en el seno de una familia de campesinos. Pasó sus primeros años trabajando como pastor de ovejas, y recibió su primera educación en una parroquia. Su afán por aprender fue aumentando a medida que crecía, pero la pobreza de su familia le obligó a abandonar la escuela.
En su adultez Don Bosco, como era llamado, contaba que a los nueve años de edad tuvo un sueño revelador: En el sueño estaba rodeado de niños que se peleaban entre sí y se insultaban; él trataba de calmarlos y poner un poco de paz, primero con gritos y después con golpes. Súbitamente apareció Jesús y le dijo: «¡"No con golpes, con amor y mansedumbre deberás ganarte a estos tus amigos.Hazte fuerte, humilde y robusto... a su tiempo lo entenderás todo..!"». Tras oír estas palabras los niños humanos se convirtieron en bestias primero y luego en ovejas.
A los veinte años entró en el seminario, y seis años después fue ordenado sacerdote. Se trasladó a Turín, donde con fervor se dedicó a su trabajo. Realizaba muchas visitas a las cárceles de la ciudad, y viendo la situación en la que vivían muchos niños que habitaban en la zona, decidió dedicar su vida al rescate de los jóvenes marginados.
Don Bosco comenzó a reunir a los chicos de la calle, y los instruía en diversos oficios, catequizándolos y amenizando los encuentros con prestidigitación, juegos de destreza, pequeñas obritas de teatro especialmente escritas para ellos, etc.
Pronto sus alumnos crecerían en número, atraídos por la bondad del joven sacerdote.
Don Bosco lograba impulsar al estudio inculcando a sus alumnos el sentido del deber, apreciando siempre hasta el más mínimo esfuerzo, incentivándolos, no sólo a que desarrollaran su inteligencia, sino también a que fortalecieran su voluntad y templaran su carácter.
Desafortunadamente, su trabajo se enfrentó a muchos obstáculos. Sin embargo, el santo continuó su labor, mudando su escuela a distintos lugares. Su madre se le unió, vendiendo todo lo que tenía: su casa y sus muebles. Las clases fueron aumentando, y se fueron agregando dormitorios, para los que desearan vivir en el colegio.
Así nació la primera Casa Salesiana.
A la edad de 39 años fundo la congregación en la que sus integrantes se llamarían salesionasos, en memoria de San Francisco de Sales, quien sería su modelo de bondad en el trato con los jóvenes.
Todas las dificultades que Don Bosco debió superar se verían más que recompensadas por la rápida expansión de su orden, que se propagaría por todo el mundo. El santo falleció en Turín el 31 de Enero de 1888, a la edad de 72 años.
Su cuerpo permanece en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, Italia.
En 1890 se abrió el proceso de canonización de Don Bosco.
El 2 de Junio de 1929 (39 años después), Don Bosco es proclamado beato.
Y el 1 de Abril de 1934 (44 años después)es declarado santo por Pio XI.
Como testimonio de su trabajo, actualmente existen más 2.086 presencias salesianas en 127 países, con 16.640 religiosos trabajando en ellas, y aunque es difícil calcular el número total de jóvenes que se atienden, en Oratorios y Centros Juveniles se calcula en unos 479.400 y en Centros de Enseñanza aproximadamente 857.800.
Es uno de los pocos santos a los que no se le conocen milagros.
Al contrario, fue canónizado sólo por su trabajo con los jóvenes.
Categorías: Alicante, NOTICIAS BREVES
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