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En 1897, H.G. Wells (prolífico escritor y científico, entre cuyas obras figuran "La Máquina del Tiempo", "La Guerra de los Mundos" o "La Isla del Dr. Moureau") escribió una de las novelas fantásticas más impresionantes de todos los tiempos: "El Hombre Invisible".
En ella, un extraño forastero invisible, camuflado con grueso abrigo largo y guantes, llega a un pequeño y tranquilo pueblo inglés. En ese momento, empiezan a suceder cosas muy extrañas que asustan a los pacíficos habitantes de la zona.
Griffin (así se llama el científico invisible que se esconde bajo los abrigos) acaba enloqueciendo y muere de una paliza a manos de unos trabajadores.
El escritor ruso Yakov I. Perelman señaló en 1913 que desde un punto de vista científico, un hombre vuelto invisible con el método de Griffin (Wells en su novela nunca dice si Griffin es nombre o apellido) habría sido ciego, ya que el ojo humano funciona absorbiendo la luz entrante, no dejándola pasar del todo.
Sin embargo, Wells parece que tenía esto en cuenta: el hombre invisible no es completamente invisible, pues la «parte coloreada del fondo de sus ojos» (presumiblemente las retinas) permanecen siempre visibles.
Realidad o ficción, la verdad es que todos nosotros hemos deseado más de una vez tener este don. Desaparecer sin dejar rastro o viajar por el mundo sin ser visto es una habilidad exclusiva de los superhéroes del cine y la televisión.
Pero.... imagina que pudieras ser invisible durante 7 días.
¿Qué harías?
¿En que destinarías este don?
¡Vamos! ¡Ánimo!
La propuesta es muy atractiva.
Yo tengo que reconocer que la carne es débil... sobre todo mi carne.
Imagino que acabaría como el protagonista del libro: haciendo el mal hasta enloquecer. Empezaría entrando en las casas de las mujeres más guapas del mundo, para espiarlas en la intimidad (fotos incluidas, claro). De ahí pasaría a robar todos los bancos del mundo, para conseguir todo el dinero posible en el menor tiempo. Por supuesto, mataría a todas aquellas personas que me caen mal, incluidos políticos (de todos los bandos), reyes, curas y demás vividores. Y, por último, caminaría en pelotas por la calle (menos en invierno, claro), ya que nadie me ve.... Bueno, lo de caminar desnudo quizá no, ya que lo considero inmoral.
Juas juas juas.
Lo siento, pero ya he dicho que mi carne era débil.

5 Comments:

  1. finia said...
    A mi me encantaria colarme en los aviones y viajar por el mundo toda una semana y visitar paises lejanos, China, New YOrk, Japón, Islas maravillosas del Atlantico,etc.Así al no ser vista no tendría miedo del mundo, andaría a mis anchas. Comer, beber, todo gratis, jijiji. Y quien sabe, si no hace falta ni ropa,tampoco hace falta equipaje.
    Anónimo said...
    Nunca me lo he planteado, pero...
    Quizas ese fin de semana el Hercules metia un porron de goles y no me colaban ni uno!!

    Trucaba el sorteo de la ONCE, visitaria lugares cerrados al público, me metería en reuniones de esas en las que se juega mucho..., no se, es para pensarselo!!

    Y si lo que me guarde en los bolsillos tambien es invisible, pues... ME CUELO EN EL BANCO DE ESPAÑA, SANTANDER, BBVA, CAM,... lo que haga con el dinero negro ya será otro problema!!

    Un saludo!
    Juan José said...
    Ya no sería dinero negro. Seria dinero trasparente juas juas
    Vamos, señores...
    Podéis ser un poco más originales
    Anónimo said...
    pues yo creo que me colaría en aquellos sitios donde guardan expedientes secretos, patentes y fórmulas milagrosas, las haría públicas,(entregándolos a varios medios de comunicación y divulgación) y ¿por qué no? SABER DE QUÉ ESTA HECHA LA COCA-COLA.
    Juan José said...
    Para ver la receta de la Coca-Cola no hace falta ser invisible.
    Ya te lo digo yo: agua, azucar y MIERDA
    jejejeje

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