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CASTILLO DE GARX Y ELS XORROS

El castillo de Garig o Garx se encuentra bastante alejado de Bolulla y hay que llegar a él a través de senderos difícles y escarpados. Es una de sus singulares bellezas... junto al nacimiento de uno de los ríos más importantes de nuestra provincia: el Río Algar, que emerge de la ladera allí mismo.
El origen probable del castillo se sitúa en la época musulmana, como una alquería, siendo reconquistada por las huestes del Rey Jaime I en 1254.
En la Marina Baixa destacaba el señorio de Callosa. Parece que fue en 1245 cuando la villa y las alquerías del término se fueron incorporando a la Corona de Aragón. En 1290 adquiere Callosa un tal Bernat de Sarriá .Era hijo de Vidal de Sarriá, que había heredado en 1249 la Vall de Guadalest.En 1259 Jaime I le dió las rentas reales de Confrides y sus alquerías custodiando el castillo hasta su muerte (1272). Bernat de Sarriá llegó a poseer por compra, donaciones o permuta todos los castillos de esta zona, salvo Bolulla y Garig, que eran del Cabildo de Valencia.
Por desgracia, el castillo está muy derruido (foto superior). Lo componen unos muros sosteniéndose esquivamente sobre las rocas, llenos de aspilerías y torres desmochadas. Esta imágen imprime en el paisaje sus nostálgias históricas.
Muy cerca de él, en contraposición, podemos llegar a los Chorros ("Xorrets" en valenciano). La singularidad de este rincón la constituyen las fuentes que nacen en su proximidad denominadas Fonts dels Xorros, Font de la Reinyosa y la Font de la Panderola, que brotan al pie del monte Matapolls, y se desploman al río Bolulla en una impresionante cascada de más de diez metros de altura, a la que se puede acceder desde al área recreativa por sendas acondicionadas. En este lugar encontramos una serie de barbacoas de piedra donde se puede cocinar pudiendo comer cómodamente en rústicas mesas de piedra y madera distribuidas por una superficie de dos hectáreas. Cuenta la zona con agua potable y un bonito parque donde alternan viejos algarrobos con una reciente plantación ornamental con numerosas especies de hoja caduca y perenne y distintos arbustos. Una de las sendas nos lleva hasta la cascada de els Xorros, lugar de obligada visita por su belleza, en el que el agua discurre por una pared de piedra vertical donde viven increíblemente higueras abrazadas a la roca por la que chorrea el agua que se recoge en un pequeño estanque al pie de la misma.

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