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El barranco de La Encantada es una corta pero profunda quebrada que desemboca al río Serpis poco después de que sus aguas rebasen la presa del embalse de Beniarrés.
Un bonito barranco que cuenta con una leyenda legendaria.
Dice más o menos así: los moriscos que habitaban el poblado de Los Llombos ocultaron un fabuloso tesoro con la intención de rescatarlo tras su forzado exilio al que el rey de España los obligaba. Para custodiarlo lo dejaron bajo la tutela de una doncella encantada que, una vez cada cien años, se deja ver vagando por el barranco a la espera de que vengan sus amos a recoger aquel tesoro olvidado.
Con tesoro o sin tesoro, el recorrido, sobre todo por el entorno del barranco, es una joya paisajística que no debemos dejar de conocer.
Se sale de Sella y empieza la pista que se adentra en el barranco de La Encantada. Al lado izquierdo tenemos la Peña Alta de Sella; a nuestra espalda la Sierra Aguilar. Muy cerca de la cueva donde se dice que vive la doncella encantada tenemos otra cueva misteriosa: La Cueva del Divino.
La cueva está encuadrada en el Barranco de L'Arc, en la parte sur de Aitana. Es un gran agujero de forma alargada, con la boca inclinada; no es nada profunda, si bien hay un agujero, como el cuerpo de un hombre, que se adentra. En el exterior vemos tres estacas clavadas en la roca. Los naturales de Sella dicen que estas estacas han estado siempre ahí; las vieron sus padres, sus abuelos y todos sus ancestros. Dicen que pertenecían a los musulmanes, que las utilizaban para pasar de un lado a otro de la sierra de Aitana.

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